Desde el Movimiento de Mujeres Migrantes de Extremadura marchamos con todas y por todas esas mujeres disidentes que no caben en una lógica cerrada y normativa.
- Marchamos por las que ya no están y por las que no pueden estar, porque están segregadas en trabajos precarios con jornadas esclavizantes.
- Marchamos porque a pesar de la ratificación del Convenio 189 de la OIT por parte del Estado español, que incorpora a las trabajadoras empleadas de hogar y los cuidados en el régimen general de la Seguridad Social seguimos sin poder acceder a este derecho porque nuestros empleadores no nos quieren pagar lo justo ni dignificar nuestro trabajo de los cuidados donde el 90% somos mujeres y el 65% migrantes y refugiadas.
- Marchamos porque seguimos siendo las que menos cobramos, y a las que menos nos pagan el trabajo del hogar y los cuidados.
- Marchamos porque las mujeres migrantes y refugiadas seguimos atravesadas por múltiples discriminaciones, que vulnerabilizan nuestros derechos ante la violencia machista, institucional, racista, clasista o todas al mismo tiempo.
- Marchamos porque la Ley de Extranjería nos obliga a permanecer en situación irregular junto a nuestros hijos e hijas, y en consecuencia nos limita el ejercicio de derechos básicos como el derecho a la salud, a la vivienda y eventualmente la educación.
- Marchamos porque las mujeres migrantes y refugiadas enfrentamos múltiples desafíos a la hora de ejercer profesionalmente una carrera o al intentar homologar nuestros estudios, lo que contribuye en gran medida a que muchas enfrenten situaciones de sobreexplotación en trabajos precarizados y poco remunerados.
- Marchamos por Palestina donde niñas, niños y mujeres son asesinadas en masa a diario frente a un silencio global cómplice.
Por eso demandamos:
- Que no se intente instrumentalizar la vida de las mujeres migrantes y refugiadas, y menos nuestra causa de lucha social.
- Que se nos reconozcan los mismos derechos que a todas: las de izquierda, las de derechas, y que las del centro. No queremos ser la bandera política de nadie.
- Que las y los empleadores hagan contratos, paguen salarios justos, reconozcan los feriados para las mujeres migrantes y refugiadas que trabajan en el sector del hogar y los cuidados.
- Que haya mayor coherencia entre las políticas sociales y la realidad de las mujeres migrantes y refugiadas en Extremadura, y que se trabajen con un enfoque antirracista transversal que ponga la vida en el centro y dignifique la vida de las mujeres migrantes y refugiadas.
- Que las mujeres migrantes y refugiadas tengan acceso real y universal a los servicios de salud, vivienda digna, educación y seguridad social.
- Que en el sector educativo se emplee un enfoque interseccional e intercultural que promueva la participación y el reconocimiento de las diversas identidades culturales del estudiantado.
- La abolición de la Ley de Extranjería porque su contenido xenofobo y racista es el cimiento sobre el que se sostienen muchas de las desigualdades que enfrentamos las mujeres migrantes y refugiadas.